viernes, junio 26, 2009

señoritas jugando en corpiño

Estaba tapado en mi cama hasta la nariz. El calor de las frazadas. Me desperté despues de chapucear la vigilia por un rato inmensurable y la luz se colaba por la persiana de mi ventana que no da al exterior. Afuera helado, de ananá, que es blanco.
Entonces llegan ellas con sus botas llenas de barro. Botas marrones barro negro. entonces asomo la cabeza y el frío me quema y me escondo otra vez. Adentro de las frazadas escucho que pisan, corren revuelven mi casa. Yo no quiero hacer nada porque ellas están pisando con fuerza y no se van a ir. No saben que las estoy escribiendo.
Por último se sacan los sobretodos. Develan sus figuras monstruosas. Su lencería erótica. Pero se dejan puestos los borceguíes.
Se largan jugar y yo no quiero estar más solo.

martes, junio 16, 2009

Me siento en una silla y lloro, veo fotos y lloro, veo Internet y lloro. Ya no sé qué hacer para no llorar. Se me secan los ojos pero lloro. Invento nuevas formas para llorar. De corrido durante unos minutos o en intervalos de pocos segundos. Dos, tres lágrimas aunque las lágrimas se confunden con hilos. A veces lloro porque quiero, pero cuando quiero dejar de llorar no puedo, solo si se me olvida y pienso en otra cosa, mientras no tenga relación con ella, claro. Esas fotos las saqué yo, pero nunca supe si me quisiste, o si te gustaron las flores que te regalé. Nunca supe si te gustó. Nunca supe si. Nunca supe. Nunca. Hago lo que sea y lloro.