domingo, mayo 30, 2010

pero, de repente, suena en la radio una canción de los smiths y pienso en vos.

martes, mayo 11, 2010

tengo 16 años, escucho depeche mode

Tengo 16 años, escucho depeche mode. Me molestan los haikus, mi música es el pop. Voy a la escuela, cuarto año me sienta bien. Ya me estiré, ya me visto como quiero vestirme me corto el pelo como quiero hablo con quien quiero tengo mi tiempo libre. Oficialmente tengo 16 años y soy una persona. Hago lo que quiero. Ahora estoy en mi casa, pero en un rato me voy encontrar con mis amigos. Salimos hoy, viernes, vamos a lo de Eliana que hace una fiesta y va gente de otros cursos. Gente que no soporto. Pero vamos igual a lo de Eliana. Mariano me pasa a buscar, nos encontramos con Bruno. Eliana Mariano y Bruno. Timbre, es Mariano. Me termino de cambiar, Mariano vino con Bruno. Saludo como saluda la gente de 16 años, así debería saludar el mundo. Vamos a la fiesta, todos en pedo y no son ni las 2 de la mañana, es la 1 todavía. Me aburre toda esta gente, a Bruno y a Mariano también, pero decidimos quedarnos, un rato para ver qué hacen. La comodidad del lugar nos hace quedar. El estar en casa nos revuelve los pulmones y salimos a caminar. Damos vueltas por mil calles, todas llenas de nada y viento. Vamos dejando a cada uno en la parada del bondi, se nos sumó Joaquín en la fiesta que también le aburría esa gente. En realidad se quería ir porque la mina que le gusta estaba con otro flaco, pero es bienvenido en nuestro grupo: las minas que nos gustan también estan con otros tipos. Tenemos 16 años, caminamos por la calle, escondemos la nariz en el cuello de la campera.

lunes, mayo 03, 2010

buen día

Ves pasar las horas sobre el mar, son como olas, y lo mejor es que no necesitás que pase nada más, nada más, y ves pasar los días, sin dejar de pensar en las cosas que dirías, y en un acto de fe, te acordás sin preguntarte de esa tarde, y ves pasar los siglos, los siglos, los siglos, los siglos, sin dejar de pensar en lo que querés escuchar, ruido, sonidos, acordes que rimen con tu nombre, palabras pronunciadas mal, en un idioma que no hablás, el de la impaciencia quizá, y lo mejor es que no esperás que pase nada más, nada más, nada más.