miércoles, marzo 19, 2008

ahora

Mi mano izquierda toca el piso. Tengo nieve en las pestañas, veo un campo desierto y cubierto de nieve. Es de día, puedo distinguir y enumerar cada corpúsculo de luz. Primero el frio despertó solo a mis dedos, pero ahora tambien mis piernas reaccionan, mis mejillas se vuelven enamoradamente rosas. Pienso lo mismo todos los años, el invierno podria limpiarme los ojos esta vez, podria limpiarme la garganta, ¿donde guardo la tristeza? Pero no es invierno todavía, y eso me hace respirar mas profundo, comer todos los copos de nieve que caen en mis labios: es primavera y está nevando, y tengo un solo dia para despertarme.
Si camino unos pasos más voy a encontrar una mesita circular y plateada llena de teteras. Hay cinco mesitas más, en hilera, llenas de frambuesas, limones para el té, minúsculas mantas de hojaldre, azúcar en terrones para comer solos.
Si sigo caminando va a aparecer un telón negro, un escenario en el medio de la nada, y no me va a dar miedo, porque puedo ver los caballitos dorados decorando sus paredes, los caballitos que sonrien con la mirada, que me invitan a espiar quién me llama desde dentro del escenario.