lunes, junio 04, 2007

Voy corriendo entre jadeos de perro en la nieve, llego tarde. Los bares atestados, la gente agolpada me dificulta pasar. La garganta ardiendo y la nariz entumecida se despiertan cada vez que paso cerca de un bar con calefacción. Te veo a media cuadra salir del bar cansada de esperarlo a él. Te veo a lo lejos – el travelling perfecto, el travelling abyecto-. Contra las olas de gente fría te persigo, contra la corriente de gente gris expresionista. No te grito, no me gusta gritarte. Sigo avanzando vos seguís tu marcha como traspasando gente transparente. Tu abrigo rojo y tu pelo resbalando suave en tu cuello y hombros son el anzuelo más brillante, el señuelo de lo que no puedo evitar. Entras en el metro en Tuilleries, boleto hasta Charles De Gaulle-Etoile. Derecho por Champs-Élysées mirás las caras de la gente que camina a trasmano tuya. Te metés en un bar Pedís un café y mirás como los demás fuman sus gauloises. No se si alguna vez fumaste, pero lo cierto es que no es tu vicio. Pedís un café y entra él. Te saluda con un beso, una lágrima te corre el maquillaje y yo desde enfrente pego media vuelta y me voy. En dirección al sena, el agua va a estar fría.