sábado, enero 23, 2010

Cuando llegamos esa tarde a la casa del campo nos dimos cuenta que no había luz. Dejamos los bolsos en la pieza y después de revisar los fusibles advertimos que por un par de días ibamos a seguir sin luz. Nos munimos de velas para la noche y nos acomodamos con la resolana que todavía nos daba la tarde. Nos duchamos y nos organizamos, vos, que lo hacìas tan bien, cocinabas, yo limpiaba. Me parecía justo. Cuando llegaba la noche leíamos sentados en la misma habitación; compartíamos el silencio y hablabamos de cosas que nos queríamos contar. Era la primera vez que íbamos a compartir la cama tantos días seguidos. No nos queríamos cansar, esta vez no nos queríamos aburrir. La primera noche pasó y fue tranquila, la segunda noche fue hermosa. Con los días me enamoré de tu gusto y tu prolijidad, pero sobre todo de tu manera de sentir. Realmente era hermoso tenerte cerca para merendar para hablar o no, para que me cuentes y yo te cuente. Caminemos juntos. No te voy a soltar más.
Lo que más nos gustaba era sentirnos chicos en la inmensidad del campo verde de atrás que nos rugía de noche con grillos, rocío y perros sueltos durmiendo.

4 Comments:

At 26 de enero de 2010, 6:31 a. m., Blogger Fernando said...

Bello. Muy à la Bléfari.

 
At 26 de enero de 2010, 7:49 a. m., Anonymous L said...

que viva todo
hoy paso a buscar a malu por la radio, mensajeame si venís.

 
At 28 de enero de 2010, 10:11 a. m., Blogger electricista said...

che, prometo no subir más ni borrar más
tengo la mente un poquito bloqueada

 
At 30 de enero de 2010, 1:49 p. m., Blogger electricista said...

La estupidez:
Una persona que ve "El secreto de sus ojos" y la odia y se pregunta "¿tan de izquierda soy?".
Después va caminando por la calle y ve un cartel que dice "Kirchner = plata a villeros". Entonces comenta: "no está tan mal, no?".

 

Publicar un comentario

<< Home