miércoles, noviembre 04, 2009

Estamos caminando juntos sin hablar. Yo miro a la gente y pienso que me dejé olvidado el anotador en el asiento trasero de tu auto pero no te digo nada porque ya estamos lejos. La virginidad de los rostros no existe en este barrio. Tengo miedo, te digo "dame la mano" y vos no hacés nada, te reís de mí. Ahora hablás de la construcción de las casas, me hablás de estilos y de épocas. Yo no te contesto porque sé poco de esas cosas, salvo de los techos altos como los de mi casa que te gusta un montón porque no se parece en nada a la de los demás. No puedo creer que me hables de todo eso, del estilo barroco de esa Iglesia "...porque fijate las puntas, todas apuntan hacia el cielo, nos hacen sentir inferiores, viste lo imponente que es...". Y claro, yo entiendo todo y al final me olvido del miedo o me empieza a gustar.
En realidad estoy pensando en otra cosa. Me hacés acordar a una escena de Vicky Cristina Barcelona, viste cuando se quieren levantar al arquitecto. Te reís, me decís que soy una máquina de relacionar la vida con las películas. Que siempre tengo algo para citar pero que te encanta.
Vos me encantás porque no cambiás nada nada. Vos me encantás porque me hacés más fuerte.

1 Comments:

At 4 de noviembre de 2009, 12:00 p. m., Blogger Fernando said...

Soy testigo ocular de un post desaparecido.

 

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